Dimensiones y perspectivas de la violencia en América Latina

08 de agosto 2022

América Latina es la región más violenta del mundo, concentrando el 37% de los homicidios de todo el planeta. El buen gobierno, la anomia o la impunidad son algunos de los factores determinantes para entender estos niveles de criminalidad.  

La región latinoamericana tiene una tasa de 21,5 homicidios por cada 100.000 habitantes, más de tres veces el promedio global. No obstante, no puede suponerse que la violencia es uniforme e igualmente intensa, muy al contrario, existe una gran diversidad; no solo entre países, sino en cada uno de ellos.

Además, no deja de ser aparentemente paradójico que, siendo la región más violenta del mundo, es al mismo tiempo una región ejemplar en las relaciones interestatales.

La violencia intraestatal ha ido cambiando con las transformaciones históricas, que ha dejado de ejercerse por el enfrentamiento puramente ideológico y ha ganado gran protagonismo la violencia criminal.

En este nuevo escenario de inseguridad la delincuencia común alcanza muy altas cuotas, pero el desarrollo del crimen organizado, motivado por las sustanciosas ganancias de tráficos ilegales, lo ha convertido en la principal y mayor amenaza en la región. El poder de las bandas y redes criminales puede permitir ejercer un control territorial en extensas áreas geográficas, imponiendo reglas y normas de justicia o seguridad.

Ahora bien, la existencia de violencia criminal depende de multitud de factores y coyunturas, como el grado de convivencia existente entre las diferentes organizaciones, la eficacia en la aplicación de políticas públicas de seguridad u otros factores estructurales como la fragilidad del Estado o la anomia social.

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