Panorama de Seguridad en España 2022

Análisis de las principales cifras de criminalidad y amenazas a la seguridad.

22 de diciembre 2022

El presente estudio, realizado en un marco de colaboración de Prosegur con el Centro para el Bien Común Global de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), consta de seis capítulos fundamentales que analizan parte de un todo indisoluble que es la seguridad en España: el contexto geoestratégico, la seguridad ciudadana, el crimen organizado, el terrorismo y los extremismos violentos, la delincuencia medioambiental y el cibercrimen.

España es un lugar seguro, donde su ciudadanía disfruta de unos derechos y libertades civiles garantizados por el Estado, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y las actividades de la seguridad privada. No obstante, nos enfrentamos a importantes amenazas y desafíos desde ámbitos muy diversos. Lo cierto es que el agitado paso de 2020 a 2022 ha contribuido a un incremento en la sensación de inseguridad: en el horizonte se comenzó a vislumbrar un nuevo conflicto geopolítico y geoeconómico, además de crecientes crisis económicas, incrementos de la conflictividad y fragmentaciones políticas. 

En términos de seguridad ciudadana, los datos del Ministerio del Interior destacan un aumento de infracciones penales en 2021, si bien la tasa de criminalidad es la más baja de toda la serie histórica reciente –41,3 por cada 1000 habitantes–. Al respecto, destacan los delitos patrimoniales –35% del total– y el aparente aumento de la violencia contra las personas.

La criminalidad organiza constituye uno de los mayores desafíos actuales para la estabilidad y el desarrollo de cualquier Estado –en los que el tráfico de drogas representa los principales ilícitos– ya que destacan las capacidades de estas organizaciones para infiltrarse y socavar los cimientos de la estructura institucional y económica de las naciones. Por su parte, el terrorismo es una amenaza en constante evolución, de manera que Internet ha facilitado la divulgación de contenido propagandístico violento, además de surgir nuevas manifestaciones a ambos lados de los extremos ideológicos.

Se destaca del mismo modo la relevancia de la preservación del patrimonio natural, debido a los graves costes sociales y económicos que conlleva la destrucción de los ecosistemas, al mismo tiempo que los delitos medioambientales sufrieron un incremento del 39% en 2021. Por último, los delitos en el ciberespacio no han dejado de aumentar en los últimos años, especialmente las estafas, las amenazas y las coacciones. Adicionalmente, las vulnerabilidades en la cadena de suministro y para la continuidad de negocio de multitud de empresas se han multiplicado. 

En definitiva, frente a este escenario tan volátil las compañías deben construir nuevas estrategias de control de riesgos, ya que el escenario geoestratégico y socioeconómico en el que se enmarca España, crecientemente complejo e imprevisible, ha llegado para quedarse y será necesariamente en el nuevo entorno en el que tendrán que operar las grandes corporaciones internacionales en el futuro.

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